viernes, 17 de enero de 2025

BARBARA KLICKA

 

 


 

Exclave

 



Se sostuvo aquella manzana en la mano, aquella figura, y vinieron los cisnes, vinieron los cuervos y los grajos, vino la nube con el viento. Las montañas no se movieron, según las montañas.

 

Fluyó la misma melodía a través de nosotros, aunque en direcciones distintas. Cuando saludaste a alguien que recién volvió de viaje, algo me envolvía en un edredón como a un niño de cinco años y salía

 

de tus brazos

 

y dormía a tu lado.

 

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