viernes, 17 de enero de 2025

ÁNGEL DÍAZ

 



Si mi perro no fuera un perro seguramente sería un caballo de carreras,

lo sé

por su postura cada que tocan la puerta

pero por su carácter noble y mirada agachada se dejaría vencer en todas las carreras

para que los demás caballos ganen.

También podría ser un gran cantante porque al ladrar tiene registro de barítono que hace contrapunto

cada que pongo un disco de Mahler.

O sería un buen psicólogo

porque se queda escuchando muy atento cuando rompo y limpio el llanto

que cae al suelo

en mis noches con insomnio.

Por las mañanas me despierta

para sacar a pasear mis desveladas tristezas siendo mi entrenador personal de cardio, mi cómplice en esta rutina inacabada.

Si mi perro no fuera un perro

seguramente no patearía a nadie,

llegaría temprano a casa para compartir la mesa y antes de dormir escribiría un poema

que hable del porqué su humano

no es un perro como él.

 

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