sábado, 16 de agosto de 2025

CHRISTOPHE MANON

 


 

La muerte estaba por todas partes a mi alrededor,

y la vida perdida de los muertos que se convierte en la muerte de los vivos.

Eran órganos sexuales con cabezas de muerto,

cuerpos con cabezas de muertos,

los senos tenían cabezas de muerto como pezones.

En todas mis miradas, estaba la muerte.

Torrentes de sangre rezumaban de los muros

y corrían a través de las calles. ¿Por qué tanto pavor?

¿Por qué tantas bajezas?

Me acostaba tarde, embrutecido por el alcohol, me levantaba temprano.

Mis noches, aunque muy breves, eran muy agitadas,

llenas de crímenes y mutilaciones, de orgías de todo tipo,

mi sueño era sin cesar bruscamente

interrumpido. Me daba vuelta y volvía a darme vuelta

de espaldas, de un costado, boca abajo,

aferraba mi almohada contra mí

en un abrazo a la vez doloroso y ferviente.

Así incubaba mi desasosiego.

Ya no estaba ni siquiera seguro de haber

conocido el calor de un cuerpo humano contra el mío.

Estaba hundido en este estado, lo recuerdo.

  

De: “Puerta del sol”

Versión de Mariano Rolando Andrade

 

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