Los imperdonables
(…) doch stört nur
Nie den Frieden der Liebenden
Friedrich Hölderlin, «Das Unverzeihliche»¹
Mi
verdad es
un
oscuro crisol
donde
estiro la mano
para
acariciar tu pelo
siempre
un instante
antes
de que mueras
Tu
verdad es
un
silencio violento
que
me hunde en tu sollozo
y me
ahoga
Me
incliné de costado
—siempre
altos y crispados
son
los cipreses de enfrente—
y vi
que
tu sombra devolvía
al
muerto que no enterré
y la
noche inmóvil
con
espinas en las mejillas
que
desuella
Te
inclinaste a mi vera
tenías
barro
y
negra sangre
Estábamos
echados;
desprendías
una nocturna fragancia
Nuestra
verdad
es
mayor
pero
no llegó
su
hora
aún
—siempre
altas y crispadas
son
las sombras de los cipreses
en
el cementerio de enfrente—
y
nosotros
imperdonables
brillamos
allí;
en
el cielo subterráneo.
Versión
de Mario Domínguez Parra
1.- «pero nunca perdona/que perturbéis la paz de los amantes». Vid. «Lo imperdonable», en Poemas,
de Friedrich Hölderlin, introducción y versión de Luis Cernuda (en colaboración
con Hans Gebser), Madrid, Visor, 2005.
No hay comentarios:
Publicar un comentario