martes, 23 de septiembre de 2025

JUAN JOSÉ CEREZO MANCHADO

 

 

 

Despedida

 

 

Te acercas a mi lecho

y te descalzas cuidadoso:

Pisas suelo sagrado,

pues sacro es el lugar

donde un hombre se postra

para esperar la muerte.

Ya ves que las facciones que conforman mi rostro

cambiaron de inmediato en pocos días.

Y aquello que podía definirme

apenas se divisa en mi mirada.

Solo queda una luz

que ya no se parece, de tan débil,

al antiguo fulgor que brillaba en mis ojos.

Y, ahora que su herida

ha dejado su huella

en cada cicatriz,

puedo verle a lo lejos y seguir el sendero

que me lleva a su lado.

Hoy estoy convencido de iniciar mi andadura.

No debes recordarme por mi nombre

sino por la manera

que el dolor ha querido darme forma.

Ya no me llamo Juan José.

Y no existe lenguaje

que pueda describirme con palabras,

pues qué son las palabras sino espejos

donde los otros pueden revivirnos

pensando que nos miran sin vernos realmente.

Pero no tengas miedo,

y por última vez coge mi mano

antes de que mi cuerpo me abandone

y empiece mi partida.

Bien sabes que a quien nada puede atarle

no le importa viajar hacia lo ignoto.

El afán por su encuentro

puede más que lo oscuro del camino.

 

 

De: “El canto del Ney”

 

 

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