Que
los pasos
Que
los pasos que han buscado la puerta
verdadera
se detengan por fin. Y al entornar
el
ala de la puerta sólo la claridad
premie
los años de tortuosa búsqueda,
la
falta de palabras, el monólogo convertido
en
lágrimas cada amanecer. ¡Sólo tú bastas
claridad
redentora para que el huerto frío
de
mi pecho vuelva a conocer la bondad
de
la floración, el silencioso brotar de
los
pecíolos, imágenes perdidas que el sol
de
otro estío recupera a los ojos asombrados!
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