viernes, 14 de noviembre de 2025

EDINSON ALADINO

 

  

La isla de Calipso

 

 

Déjame consolarte del viaje de tu espada;
la tristeza es una ciudad en ruinas
y el poeta dibuja en los o
ídos de barro
la trama de tus d
ías que es mi isla.
D
éjame sorprenderte desnudo sobre la arena
recordando tu antigua vida;
tu desnudez ausente de guerrero y sabio,
de artesano y gu
ía,
tu desnudez de rey en el destierro,
sin naufragio a barco deseado,
sin rutas o cabellera m
ás precisa
que esta bah
ía a su temblor indócil.
D
éjame llenar tu boca con mis senos,
navegar en lo salado,
hundirme en la cicatriz de tu muslo
y resumirte el regreso a Ítaca
donde vuelves a ser nadie,
donde nadie te reconoce y nadie eres.
Déjame sujetar tu frente con mi sueño,
darte la tranquilidad del niño
y aligerar tu rostro como un dios
que todo lo sabe y todo lo puede.
Déjame recordarte desde los sargazos de mi isla,
escuchando la luminosidad de tu barco
que se aleja sin anunciar la despedida.

 

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