Niñas
trigueñas
Como
crin de caballo, un hilo ondula,
será el desequilibrio de los puentes,
el margen de un río acosado por el viento,
o dos niñas que son despojo del trigo
y sienten cómo en su estómago mueren mariposas.
Puede ser el escarpelo de un viejo crisantemo,
la onda en el agua, el marrón de la tristeza,
o ese dúo pueril que se encaracola
porque lo pluvial es palabra que azota.
Y ellas van tras la alegría, cometa de cola cenceña,
huidiza, espejismo y juramento en lo celeste.
Telar de cintura es la ausencia,
les teje asombros en los ojos, adioses en las manos
y un perro apiñonado parecido al horizonte.
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