¿Qué hacíamos en la oscuridad de Samaria?
La
ciudad dañada
el
odio interminable
y la
razón equívoca.
Un
disparo acredita el desconcierto
de
aquellos años de confusión y de quimeras
y el
agua se entretejía y zigzagueaba
a
través de las baldosas.
Lloriqueaban
las madres
en
retiro amargo en la sombría mazmorra
además
silbaban los pífanos de los convoyes
en la
vieja estación
con
sus pescuezos negros desde lo alto
de
las locomotoras.
Gandules
poseídos y soplones
espiaban
para la jauría asesina.
El
mundo se venía abajo con
las
reglas marciales y los estrépitos.
Era
reflejo de las ametralladoras en las ventanas
durante
dos o tres veces por día tras un despojo
diferente.
¿Qué
hacíamos en la oscuridad de Samaria?
con
sus murallas inmaculadas en la curvatura
de
los cielos
donde
dominaron los impulsos envilecidos
de la
locura
y no
hubo lugar para la clemencia.
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