Estudio sobre cuatro ciruelas
Diecisiete
jóvenes
se
sientan alrededor de una mesa
en la
que reposan cuatro ciruelas
Todos
escriben acerca de ellas
sin
mirarlas
Para
algunos poetas
los
objetos sirven tan sólo
por su
poder evocador:
¿a
quién le importan
esas
manchitas violetas de ahí,
tan
inmóviles y opacas?
Ay,
pero si fueran tres
al
menos podríamos hablar
del
número de Dios
Compañeros,
¡miren!
¡Acabo
de morder uno de los frutos!
Ahora
podrán añadirle a su poema
una
metáfora sobre la carne.
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