sábado, 9 de septiembre de 2017

KARL MARX




II



Para mí, no existe fama terrenal
que viaje a través de la tierra y las naciones
para tomarnos como esclavos.
Con su lejano intento de reverberación
es indigna de tus ojos que resplandecen llenos.
Tu corazón, se caliente y se exalta
y dos profundas lágrimas brotan y caen,
escurren de tus ojos por la emoción del canto.
A lo lejos mi alma exhala alegre.
En lo profundo de la lira melodiosos suspiros
Y podría un gran maestro morir
Podría yo alcanzar la exaltada meta
Podría ganar el mejor premio,
Para aplacar en ti el gozo y el dolor.


De: “Concluyendo Sonetos a Jenny”      

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