martes, 4 de junio de 2019

JOSUÉ VEGA LÓPEZ





valeria



día de fiesta
en que las risas van apagadas

la música se congestiona
en las aburridas
piernas bailadoras
( algunos mueven el bote indiscriminadamente )
y es el aire
una invitación
al fracaso

las luces iluminan la pista
en la que una manada
de leones hambrientos
olfatean el culo de las hembras
y fuman un cigarro

muestran sus dientes
en una lúcida ocurrencia
mientras desanudan
sus corbatas

( los ojos ávidos
o los menos experimentados
buscan torpemente más allá de la bragueta )

en las sillas estamos los perdedores
los mirones empedernidos
siguiendo el vaivén de las grupas
la ronca celebración del instinto

y el corazón abrumado:

ahí en medio
valeria
la bomba prodigiosa
la loca del enramado
frugal promesa del deseo
poniendo el nombre a la noche
una gota derramando sus muslos

y yo tan miedoso
tan estúpidamente tieso
para decirle de qué está hecha
para enseñarle sus olores
y trepar su mirada encendida

valeria la insondable
la madeja
de colores encrespados
la profunda hija de la macana
moviendo la noche
llevándosela a la cama
con todo y los leones
del día de fiesta
y los perdedores
–y yo con ellos–
a derrumbar el silencio
a avasallar el clítoris
en una penetración multitudinaria


De: “Cuerpo en añicos”


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