jueves, 15 de octubre de 2020

LUIS ZALAMEA BORDA

  

 

 

En el comienzo

 



Eres el comienzo, la luz y la esperanza.

Antes de ti era la nada y no habían nacido las palomas.

Qué angustioso vacío el vivir sin saberte,

aunque mis ojos adivinaran tu mirada lánguida

y fueran construyendo mis manos tu presencia,

inventando mis sueños piel, risa y esencia de tus besos.

 

Sin ti andaba yo al garete, en un mar de borrasca,

cuán alejado de todo puerto conocido.

Y el mar también era la nada.

Tendrías que llegar a darle un día

el verdor de tus ojos, la sal de tus pupilas,

un hontanar de lágrimas,

y la suave madrépora que crece entre tus labios.

 

Sin ti mi voz no tenía forma y su eco faltaba,

era el lloro de un niño que se pierde.

Tú le entregaste acento y le fijaste rumbo.

Y entonces pude cantarte toda, con la voz que me diste.

 

Antes de ti, la nada, la pegajosa angustia, la voz muda.

Mas hoy comienza a respirar mi mundo,

nutrido con tu luz, fincado en la esperanza.

 

 

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