Como la ola
Con
llegada de espuma hasta la playa triste,
oscura
ola de esplendor lunar extendido,
tú
cruzas, tú cruzas
con
remoto ardor despertando mi beso
en
el mar delirante de la noche.
En
fuga siempre, llena de reflejos,
reconstruyendo
a solas lo amargo y lo distante,
o
recostada un poco a la luz de los crepúsculos,
así
mejor dibujo la melancolía de su retrato:
junto
al piano, a la ventana
de
irrespirables sueños, a la música de súbito callada,
esperando
una voz que llega como el eco a las zonas
desiertas.
Nocturna
entonces,
como
la piel,
como
lo profundo de los besos,
como
la noche de los árboles,
como
el amor sería junto a su cabellera.
Luego,
sin sonido,
espuma
silenciosa tras la sombra,
entre
el rumor apagado de los pasos,
desnuda
huyes, pálida ola,
no
se te reconoce.
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