jueves, 15 de octubre de 2020

AUSIÁS MARCH

  


  

No tanto la clara fuente...

 



No tanto la clara fuente

desea ciervo herido,

como yo, vuestro rendido,

estaros siempre presente.

Al grande y dulce reposo

do está mi contentamiento,

por otra puente no siento

hallar otro paso, ni oso.

 

Tarde me llega aquel día,

para mí tan deseado,

muy caramente comprado

con dolor y pena mía.

 

Pero al fin, tarde o temprano,

que ha de venir estoy cierto,

si muerte el camino abierto

no lo cierra con su mano.

 

No puedo ser de esperanza

por ningún caso lanzado,

porque, señora, os he amado

según bienaventuranza.

 

Y de vos favorescido

contra mí cosa no siento,

si vuestro consentimiento

me otorga lo que le pido.

 

De grandes dolores siento

un monte delante puesto,

de mil estorbos que opuesto

se han a mi contentamiento.

 

De mí preguntaros nueva,

señora, tengo temor,

dudando que no hay amor

para mí puesta a la prueba.

 

Y de no sabello temo

vivir en mayor tormento

y estos dos males que siento

por cualquier lado me quemo.

 

No está a vos el contentaros

de cumplir lo que yo pido,

si bien queráis por partido

contra vos misma forzaros.

 

Amor, amor es aquel

que es fuerza que os aconseje

para que mi bien se deje

en vos cumplido y en él.

 

Cosa alguna os dé temor

de que rescibáis despecho,

mis pensamientos han hecho

la verdad de su color.

 

Que serviros habrá sido

en firmeza confirmados;

de tal suerte de criados

quiere ser amor servido.

 

Si mentira os paresciere

este lenguaje que oís,

o vos sin amor vivís

o no sabéis lo que quiere.

 

Muy mal puede reposar

quien siente aqueste tormento,

tan sólo en el movimiento

tendréis siguro lugar.

 

 

Versión de Francisco de Quevedo

 

 

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