jueves, 8 de abril de 2021

JORGE RUIZ DUEÑAS

 

  

 

El sabor de Dios

para Gonzalo Rojas

 



Provisiones para el cuerpo

y la ración de luz

llegan como la malicia

desde el centro de nuestro corazón

 

Baja el jugo de malvas

 por tu pecho

y ejercitas en él palabra y cólera

 

Una sandalia en la arena

                                          un siseo que nos recorre

pero ignoramos si toda  estación tiene manjares

Sabemos

               sí

de la desolación de dos mujeres

de sus alforjas con plata

 

Sabemos de caracolas

       arrancadas con barreta

de insectos adobados sobre salsa de hoja santa

y sabemos del bronce

al abrir paso en las entrañas

mientras un vino del color del mundo

cae en el cuenco de tus manos

 

Sabemos del aliento misericordioso

que hace la marea de las ciudades

y sabemos tanto de lo no importante

 

“Hábleme usted seriamente”

                                             reclama el emigrante

para extender manojos de cilantro

sobre el lecho

 

Luego

          la cópula de las especies

sobre la tarde escarnecida

tiñe la mesa de sangre y la llena de sabores

 

“Traiga pan de muerto”

                                     demando

“Por supuesto”

                       se escucha decir en el María Sabina

y vuelves tus ojos de bosque sobre mis heridas

y preguntas si tienen algo con el sabor de Dios:

“Por supuesto”

                        te responden

“Por supuesto”

 


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