Un
viejo tapete tibetano
Tu
alma, que a la mía ama,
se
entreteje con ella en un tapete tibetano.
Rayo
en rayo, colores enamorados,
estrellas
recorriendo el ancho cielo.
Nuestros
pies reposan en el tesoro
de
la total amplitud.
Oh,
dulce hijo del Gran Lama en el trono de almizcle,
¿por
cuánto tiempo besa tu boca a la mía
y
mejilla a mejilla multicolor tejido de horas?
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