No
importa cuán deshabitado esté
No
importa cuán deshabitado esté
el sendero donde dormita el sol,
transparente como la brisa, sobre una roca.
Aquí
descienden los anhelos vitales.
La buganvilia, en castidad, arrulla su rocío,
sin violentar el verdadero significado.
Más
allá del símbolo y los siglos,
el tiempo fecunda con adolescente ansia
y se reproduce fundamental e infinita la historia.
Ahora
bien, ¿qué espíritu desprevenido
no le daría consentimiento? Nada es seguro.
La esperanza fue tan sólo una oruga
y hoy alzó su vuelo frágil frente a mí.
No
importa cuán deshabitado esté.
Ofrezco
a la vida apacible y benévola
mi incomprensión humana. El porvenir
se ciñe perplejo ante la sospecha de mis alas.
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