Las piedras
Me
até las piedras a los pies,
bañé de fango el trozo de carne
que colgaba de mis ojos.
Me ofrecí siendo las sobras,
en aquella mesa de cuervos
y colibríes.
Pero ascendí,
como ellos,
entre los pinos
me fui sin preguntar
¿cuán
difícil era la ceniza?
Allá
abajo el desasosiego
dejó hendido el pulso del lenguaje,
y la lluvia dejó temblando las piedras.
Mi cuerpo cabalgó sobre ellas
hacia todos los confines,
cruzando el desierto me vi nacer.
N.Y, oct. 2022
No hay comentarios:
Publicar un comentario