martes, 17 de agosto de 2021

TERESA NOYOLA

 

  

Mariposa

 


Pecho abierto,

tajada de autopsia,

soy mariposa de carne,

rajada,

la navaja desde el cuello baja

hasta la cintura,

entra en mí todo el mundo.

 

Cómo duele,

pero mira mi sonrisa,

escucha mi carcajada,

admira mi idiotez.

 

No hay mejor forma de estar viva

que estar abierta,

y advertir que la verdad ignorada

es que no estás encadenada a nada.

 

No tendrías por qué

apropiarte así del mundo,

ni de las palabras,

ni de la narrativa.

Nada te pertenece.

No es tuya la ciencia,

ni las letras de los libros,

ni los poemas que escribes.

Nada, absolutamente nada, es tuyo.

Sentir lo contrario sería errar egoísta.

Tampoco tú eres de nada ni de nadie;

si acaso, del sol

que primero acaricia

y luego quema.

 

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