domingo, 3 de octubre de 2021

CLAUDIO RODRÍGUEZ

 

  

Sin noche

 

 

Y si bien sabes cómo

te quiero. Callo,

ni respiro siquiera. Entro en las palmas

de tus manos, ya casi envejecidas,

en tus arrugas que me dan resina,

que están cantando, como tu mirada

tan cristalina y tan fecundadora,

claro vuelo de alondra,

junto a tanto dolor,

junto a tu pesadumbre

sin llanto, con alegre

fijeza.

 

Si se te caen los dientes,

Nunca invierno en tus labios que ahora vuelan

Abriendo la mañana,

Haciéndola más pura con el olor a ropa

Recién lavada, y con calor

Del hilo, y

Queriendo tu madeja de lana duradera.

 

Yo te acompaño, agua

Dulce, ya casi suspirada, canción a flor de labio,

roció a medio parpado. Ahora está la mañana

Como tú: entera y virgen.



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