Tus
labios
Tus
labios otra vez
para
que el frío,
este
ladrón de acostumbrados guantes,
no
irrumpa en nuestra casa.
Tus
labios siempre frente a los escoplos
con
que regresan,
implacables,
la
insatisfacción y sus sombras.
Tus
labios vivos contra el muro
de
tanta hora imperfecta,
de
la infección de las noticias,
cuando
el día se desvanece
en
las calles sin nadie,
bajo
las luces amarillas de los insectos.
Para
salvar la primavera
con
sus muertos recientes,
con
sus cifras insomnes
y
los venenos de los poderosos,
la
verdad insumisa de tus labios.
Tus
labios cuando calman
todo
el dolor del mundo.
De:
“Protesta y alabanza”
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