viernes de silencio
Los
viernes a veces las palabras
se niegan a ser palabras:
así un funcionario que rechaza
firmar documentos no leídos
o un perro temeroso
de su propio ladrar hacia el viento
o aquel juntapapeles negándose
a tocar las urbanas basuras
o una novia agarrada a su calzón
la noche de su boda primera
o el torturador que no ejerce
la atrocidad de su oficio y solo descansa
o el joven que no es joven
porque envejece al suicidarse
o el autobús cansado de toser
que se derrumba
o la calle que no puede ser un río
de ricas espumas navegando
o la mano que toca tus labios
para ser la mano que sube a tu boca.
De: “Puro hueso”
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