Animal azul en lo invisible
Aquí
nos ve el animal azul desde lo invisible.
No
sé si podré asistir a una galería con vocación de soledad y vestido de samurai.
Sobre
un caballo Pegaso bajan legiones de gárgolas hambrientas. Arrasan todo menos
tus ojos y mi espada de dos mil filos.
El
cielo de las bestias es un océano. Estrellas y colinas son de Van Gogh. Ondula
el gran mundo azul. La fuerza de una pared sostiene el lienzo del apocalipsis;
sostiene los frutos oportunos de la tierra, una memoria hacinada de palomas
blancas y caracoles.
En
esta galería la osamenta de William se aproxima a la de Keats y deja versos
para abrir los rostros pálidos de quienes se emocionan y los veneran entre
cuadros y bombillos cálidos. Todo se resume a que, esta mañana, nuestro
universo ríe dentro del reino de una calavera.
De la antología: “No basta fingir o
imaginar que somos tigres”
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