Cajón de_sastre
Llevo
días y años de sostener
versos en la boca como alfileres;
de hilvanarme las horas con la hebra
delicada de un nombre de mujer
y acariciar entre las manos cintas
como historias sin cuerpo, deshiladas.
A veces soy paciente las arreglo
con zurcido y terneza, otras
las corta mi tijera inapelable.
Ayer
logré un bordado de admirancia.
Creí leer en él la agitación
el tremor del nudo a punto de soltarse.
Hoy me baja a las yemas de los dedos
la urgencia de encontrar un botón rojo:
quiero coserlo al centro de mi pecho
como una rudeza que arde y grita.
Yo
soy de oficio y gusto remendera
tozuda de mis versos
pobre de mis agujas.
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