Ángel de la muerte
que sea
dulce el vino que tu mano ofrezca a mis labios
cuando
la hora del sereno taña las cuerdas
Aleja
de mi boca el amargor de la cicuta
o el
remordimiento que sobreviene
a quien
no arrancó la espina de su frente
o no
comprendió la runa inicial del desprendimiento
ni la
última
cuando
la lanza sublevó el signo de la cruz
Bien.dice.me
y
sostenme en la lucha
como
quien batalla con tu fuerza
en la
revelación del arrebato
y vence
la larga noche
en el
abrazo de tu consuelo.
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