sábado, 17 de octubre de 2020

ROQUE ESTEBAN SCARPA


  

 

Camarero de la soledad

 

 

La mesa está servida. Los platos se extienden

anhelantes. Ordenados cubiertos tiene aire

entristecido de plata. En una copa absorta

reluce sangre en abandono; abreviado en la uva

el sol desnudo está en la otra hermana.

Disimula su sed, en el cristal, el agua.

Arrodillada, la servilleta monja espera.

Escondido en tortuga de cobres solitarios

el pan mostrar quiere su ternura alba.

Silencio deja la silla ante esta duna

interminable, muchos años tendida.

Ningún comensal llega. Yo, sin embargo,

camarero de la soledad, a la esperanza sirvo.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario