miércoles, 22 de febrero de 2012

ALBERTO ROJAS JIMÉNEZ


Poema escrito en París

Engrillado de fiebre
reposa enfermo el cuerpo.
Nadie sabe esta noche que existe el cielo.

El cielo es mío.
A nadie arrendaré una estrella.
La ventana abierta se entrega
al bullicio nocherniego.

En vez de alma los niños llevan
risueña una corneta.
Bruscamente
el corazón despierta,
coge el gabán y el chambergo
y se dirige cielo abajo hacia la ciudad en fiesta.

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