martes, 28 de febrero de 2012

ÁLVARO SALVADOR




Gacela del joven ignorante



Yo no sé nada del Amor,
tan sólo puedo hablaros de mi amada.

Sus ojos son oscuros,
tan oscuros...
que ni siquiera en ellos se detiene
el temblor de la noche.
Su pecho es inocente como un niño,
y su cadera
es el tibio camino que conduce
al jardín de todos mis placeres.
Hay en su boca una promesa herida:
la sazón de la fruta en primavera.

Del Amor nada sé, sólo conozco
el cuerpo de mi amada.


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