lunes, 3 de septiembre de 2012

DAVID N. CAMPOS





  
Un bosque nuestro



Tanta sombra  
las nubes altas.
Crepitar de huesos
en la más lejana orilla
de mi voz. 

El viento habla:
"una misma palabra
patea las lágrimas
del muro de humo
denso, enorme,
mancha."


Aquí no hay respuestas
mayores
al lodo en los caminos
solitarios de todo lo intangible.

Aquí hay una certeza,
mansa niebla entre las nubes
del teatro inmóvil de la vida. 

Soy esta verdad, como soy
el pie alzado del gato
ante un charco.

Este aroma de suspiros
perdidos para encontrarlos,
la gota en la  hoja
en medio de un bosque
que me sonríe los sollozos,
un bosque sin árboles
un bosque nocturno
invisible de todos los caminos.

Soy esto,
el baile donde las hojas
se revientan sin compás.
El baile en un bosque
nuestro
llamado tú.

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