martes, 6 de noviembre de 2012

CECILIA PALMA






Ciudad triste



I

Con el pelo suelto
cayendo como cascada
me pierdo en la
ciudad enredada de
vientos confusos
las pupilas huyen
en zapatos
cansadas de
gotear esperanza.

Entre los muros Pedro de
Valdivia asoma su casco
en una esquina
deslumbrando a la
muerte
observa las figuras que
como sombras se
pasean por
calles padeciendo de vida
vida fortuita y cansada
congelada en
algún juego de la niñez.

II

Los niños mojan sus
sonrisas en las fuentes
corren con los dientes
asomados persiguiéndose
atravesando calles
descuidando los harapos
ellos pasean sus
sueños por las nubes
sudan la infancia de
noches entre adultos.

Los niños descubren la
soledad sin saber todavía
su significado en el diccionario.

III

Como fugitivos los
sueños se esconden a
cualquier presencia en
los rincones de las
casas
pregunto al silencio si
no los he pisoteado esta
mañana
quiero saber si siguen
vivos donde estén
si existen a pesar de
las circunstancias
pero el silencio no
responde
calla dictador de la
mordaza fecundo hacedor
de censura
escapo de las paredes a
buscar las últimas estrellas
que no se rinden al sol
salgo a recuperar la
pupila suspendida en el
aire
a mi risa perdida en una
esquina cualquiera.

La ciudad despierta
mientras tanto con
la bulla de siempre
el humo de siempre
el hastío de siempre.

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