domingo, 27 de enero de 2013

MARIZEL ESTONLLO





El viajero enmascarado



El eco de la campana en la densidad de la bruma
repetido en la multitud de identidades que hay en un hombre.

Un ejercicio de las formas
En el transporte de un sonido
                             ocurre el milagro de la sorpresa
La realidad de un pensamiento.

De la misma forma que el adagio de una sinfonía atraviesa mil rostros en el viento.

Ese viajero enmascarado, el amor,
enciende velas azules en la orilla del mar intranquilo
arranca los velos
desmonta las vestiduras en una danza del asombro.

Imposible silenciar el poder de un ave hambrienta
O acallar el poder de un saber ignorado

El deseo es el único forastero de lo eterno.



No hay comentarios:

Publicar un comentario