miércoles, 13 de marzo de 2013

ROLANDO MORELLI





II



Dudas, certezas...

La convicción del teléfono
a esta hora cualquiera,
adueñándose
del bien guardado silencio de la sala
Re
pitiendo su demanda de auxilio
Una promesa, quizás.

La convicción de que alguien,
-¿cómo saber de quién se trata?-
espera de nosotros
palabras o silencios
como un río tributario espera
(siempre
revueltas mansedumbres y certezas

¿Será el amado quien insiste
a esta hora tan noche?

¿O será un amigo?

¿Será quizás, la amiga que prometió venir,
pero está siempre?

¿O el computador, tal vez,
que insiste en que le compre un sueño
a precio módico?

¿Quién habrá sido, después, el que llamaba
cuando nadie responde,
y sigue allí su gesto
posiblemente aún esperando
sin saberlo?





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