II
Dudas,
certezas...
La
convicción del teléfono
a esta hora cualquiera,
a esta hora cualquiera,
adueñándose
del bien guardado silencio de la sala
Re
pitiendo su demanda de auxilio
Una promesa, quizás.
del bien guardado silencio de la sala
Re
pitiendo su demanda de auxilio
Una promesa, quizás.
La
convicción de que alguien,
-¿cómo saber de quién se trata?-
espera de nosotros
palabras o silencios
como un río tributario espera
(siempre
revueltas mansedumbres y certezas
-¿cómo saber de quién se trata?-
espera de nosotros
palabras o silencios
como un río tributario espera
(siempre
revueltas mansedumbres y certezas
¿Será
el amado quien insiste
a esta hora tan noche?
a esta hora tan noche?
¿O
será un amigo?
¿Será
quizás, la amiga que prometió venir,
pero está siempre?
pero está siempre?
¿O
el computador, tal vez,
que insiste en que le compre un sueño
a precio módico?
que insiste en que le compre un sueño
a precio módico?
¿Quién
habrá sido, después, el que llamaba
cuando nadie responde,
y sigue allí su gesto
posiblemente aún esperando
sin saberlo?
cuando nadie responde,
y sigue allí su gesto
posiblemente aún esperando
sin saberlo?
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