martes, 30 de abril de 2013

SERGIO GARCÍA ZAMORA






Recostado a las columnas



Recostado a las columnas
que suponen fuerza,
es decir, suponiéndome fuerte
pues nadie a quien yo ame
ha muerto todavía
o se ha marchado del país
-que es lo mismo-;
recostado, digo, a las columnas,
ladeo la cabeza
ante el fotógrafo inexistente:
muchacho desaparecido
por ambiguas razones
como el claroscuro de sus imágenes.
Igual a un muerto o un proscrito,
quise alguna vez,
en la mañana de los dioses,
retratarme en blanco y negro
como nuestra vida,
pero aquellos a quienes amo
me convencieron de mi fuerza.


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