lunes, 8 de julio de 2013

MARIO SALAZAR




Amor

                                                Para Vanessa



Te amo desde que te vi pasar entre las nubes
y supe que eras mi sed y mi voluntad
Desde que sentí que eras mi lecho de flores
en este mundo terrenal, tan cruel y tan artificial
porque Dios supo escuchar mis ruegos
de darme a alguien a quien amar hasta el final.

Eres la flor que el viento arrulla
y yo la abeja que recorre tu figura
También la mar soplando floreciente
las olas del sueño impenitente
suave vaivén de encanto, amor y fuego candente.

El aroma de tu olor tierno me embriaga
y me adormece en las burbujas de la felicidad
irradias de tu alma el sol que nace para mi existencia
al ser que goza por ti desde el alba hasta el ocaso del día
por ser más que tiempo y estar encallada en lo imperecedero siendo vida.


Son tus ojos el brillo que me hace amanecer
Comulgar a la luz azulina de tus lunas llenas en tu natural belleza
el amarte con la locura de quien obtiene la miel del canto
de recitarte cuatro versos encendidos
de amor a fuego tendido.

Despertar durmiendo el sueño eterno
al escuchar tu palpitar de amor correspondido
en tus labios nace el edén
el cielo, el paraíso, diga Dios un nombre a ese bendito sitio.

Conquistando a paso lento un mundo entre los dos
Dejando los lamentos en la trampa de la melancolía
siempre ocuparas la mitad de mi corazón
¡Tú, alma mía!
Por la fuerza de tu convicción
la que me trasmite tranquilidad y firmeza
Mi pareja en este mundo de azares y embestidas
La estrella que guía sin duda
mi rumbo en esta vida.



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