Olvido
Lidia
Rosa: hoy es martes y hace frío. En tu casa,
de
piedra gris, tú duermes tu sueño en un costado
de
la ciudad. ¿Aún guardas tu pecho enamorado,
ya
que de amor moriste? Te diré lo que pasa:
El
hombre que adorabas, de grises ojos crueles,
en
la tarde de otoño fuma su cigarrillo.
detrás
de los cristales mira el cielo amarillo
y
la calle en que vuelan desteñidos papeles.
Toma
un libro, se acerca a la apagada estufa,
en
el tomacorriente al sentarse la enchufa
y
sólo se oye un ruido de papel desgarrado.
Las
cinco. Tú caías a esta hora en su pecho,
y
acaso te recuerda... Pero su blando lecho
ya
tiene el hueco tibio de otro cuerpo rosado.
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