Yo
no puedo
De
esas noches que parecen guardar silencio
porque
tu boca lleva fuego y yo temo quemarme en tus labios.
Donde
las estrellas calladas observan la luz encendida de tus ojos ardiendo.
Me
retiro, me aparto, y no porque tenga miedo
sino
porque miedo es justamente lo que necesito para apretar mi freno.
Tan
natural me resulta tu cuerpo encajando en todo lo que mi vista abarca
que
no temo y debería.
Porque
tu sonrisa franca se adueña de todos los espacios
de
los que en mucho tiempo has sido el centro.
El
anfitrión de mis noches anchas tan llenas de risa,
tan
llenas de tanto que siempre tuve suficiencia y no carecí de nada.
Y
yo no puedo, no quiero ser lazo de nuevo de tus brazos
y
no porque tema, sino porque llevo el alma herida
y
no quiero apretar mi frialdad a la calidez de tus besos.
Temo
y muero por ello, temo vivir de nuevo
temo
que todo eso que me cubre en el confort de mis miedos,
se
rompa, colapse, y me enseñe tus ojos
y
no pueda evitar nadar para siempre en ellos.
Así
que solo me dejo tocar de lejos,
como
esa caricia que no puede robarte el sueño,
porque
si dejo que tu piel se acerque de nuevo
me
quemo, me muero
y
esta vez no respondo...
Inevitablemente
comenzaré a enamorarme de nuevo.
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