sábado, 19 de octubre de 2013

SILVIA CARBONELL




Yo no puedo



De esas noches que parecen guardar silencio 
porque tu boca lleva fuego y yo temo quemarme en tus labios.
Donde las estrellas calladas observan la luz encendida de tus ojos ardiendo.

Me retiro, me aparto, y no porque tenga miedo 
sino porque miedo es justamente lo que necesito para apretar mi freno.
Tan natural me resulta tu cuerpo encajando en todo lo que mi vista abarca
que no temo y debería.

Porque tu sonrisa franca se adueña de todos los espacios
de los que en mucho tiempo has sido el centro.
El anfitrión de mis noches anchas tan llenas de risa,
tan llenas de tanto que siempre tuve suficiencia y no carecí de nada.

Y yo no puedo, no quiero ser lazo de nuevo de tus brazos
y no porque tema, sino porque llevo el alma herida
y no quiero apretar mi frialdad a la calidez de tus besos.

Temo y muero por ello, temo vivir de nuevo
temo que todo eso que me cubre en el confort de mis miedos,
se rompa, colapse, y me enseñe tus ojos
y no pueda evitar nadar para siempre en ellos.

Así que solo me dejo tocar de lejos,
como esa caricia que no puede robarte el sueño,
porque si dejo que tu piel se acerque de nuevo
me quemo, me muero 
y esta vez no respondo...
Inevitablemente comenzaré a enamorarme de nuevo.



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