Viviendo
en Matanzas
Sales
a las cinco
de
la mano con tu amor.
Cruzas
y recruzas sobre el San Juan murmurante.
Has
vivido siempre con el río a la cintura:
Escamandro
personal, devenir heraclitano.
Cruzas
y recruzas sobre la vida
de
quien es para tu vida un puente.
Muchachos
altos como bagás
cabecean
en la orilla.
Junto
a la Ermita de Monserrate
habrás
hecho tal vez tu confesión:
no
pensaste escribir la palabra loma,
miedo
provincial a decir altísima loma
y
quedar en soledad como ha quedado
el
sueño de Cuba en la manigua.
Sales
a las cinco
hacia
la entraña del día mambí.
Avanzas
entre la gente que marcha a sus trabajos,
entre
la gente que vive
medio
aturdida, medio degollada.
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