domingo, 15 de diciembre de 2013

MIGUEL MÉNDEZ CAMACHO




Don Pablo



Señor, doctor, don, excelentísimo
Máster, míster, monsieur, su señoría,
Don Neftalí, don Pablo, don Neruda.

Conste que no me burlo,
es el respeto disfrazado de risa
pero no lo soporto,
no le permito tamaña humillación
tan grave ofensa
como escribirle un verso a la cebolla
y hacerlo bien.

Yo en cambio soy tan torpe
en el oficio
que no puedo hilvanar
más de tres versos
para decirle a la mujer que amo
esas cosas hermosas
que usted malgasta
en congrios, alcachofas, perros muertos,
insectos y cebollas.

Maldito usted, don Pablo
que utiliza palabras
y las deja inservibles.



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