Abril
se acaba
Abril
se acaba, es algo obvio.
El
sol está de rodillas
pero
apenas calienta, aunque
si
pienso en el mar
todo
parece ser más concreto.
Espera:
los árboles también
se
han inclinado
y
han escupido sus flores
sobre
los ancianos que pasean.
Una
mujer está fregando
el
portal y el olor de la lejía
penetra
en mí,
purificando
mi alma.
Todo
esto ocurre una mañana,
cuando
un ángel ha muerto
y
el viento ha arrastrado
los
cabellos del pájaro gris
hasta
el borde de mi ventana.
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