Ángeles sin
alas
Hay pensamientos locos que
habitan la memoria,
y ausente de memoria un
viejo tiempo loco.
Hay amores que vuelven a
la memoria rotos,
y un tiempo de memoria
tenaz y duradero.
Lo inmediato se pierde, se
archiva en la memoria.
Tras la memoria vive
aquello que se olvida,
y malgastan algunos sus
memorias de humo,
Nombres en la memoria
quedan desdibujados,
y un solo nombre puede
cubrir una memoria.
Fugaz, como una rosa, la
memoria sucumbe,
y es sólo la memoria lo
que nos sobrevive.
Imágenes lumínicas se
encienden, se agigantan
sobre la fértil gleba de
un predio de memorias.
Y en la memoria crece un
campo de exterminio
por cada humano error, por
cada desengaño.
Memoria en la palabra es
el verso que escribo.
Y escribo sobre el agua
que inunda la memoria
en este río-vida que nos
lleva al olvido.
Tras las memorias muertas
hay ángeles sin alas
que jamás lograrán su
asunción a los cielos.
De “Amados ángeles”
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