lunes, 14 de julio de 2014

ENRIQUE SILVA URRUTIA


 

Seguramente

  

Seguramente,
cuando el negro sol de la esperanza mía
se eclipse por completo en su agonía,
girando por el cosmos como un muerto,
roto los hilos que me unen a la vida,
solo y sin orgullo,
–mendigante–
con la baba senil de los que fueron,
y un cansancio febril en la mirada,
entonces buscaré la tierra amada
escarbando mi fosa en el desierto;
donde moran las almas que han vivido
contemplando la aurora de sus sueños.

 

 

 

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