martes, 18 de noviembre de 2014

JOSÉ MARÍA EGUREN





 

Pasó el vendaval; ahora,
Con perlas y berilos,
Cantan la soledad aurora
Los ángeles tranquilos.

Modulan canciones santas
En dulces bandolines;
Viendo caídas las hojosas plantas
De campos y jardines.

Mientras sol en la neblina
Vibra sus oropeles,
Besan la muerte blanquecina
En los Saharas crueles.

Se alejan de madrugada,
Con perlas y berilos,
Y con la luz del cielo en la mirada
Los ángeles tranquilos.

 

 

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