lunes, 2 de febrero de 2015

HAROLD ALVARADO TENORIO




Portero de noche

 

Bajo el arduo sopor del mediodía
Vuelvo y veo tus ojos, esa noche.

Al volver abriste la puerta
y para verme mejor preguntaste la hora:
eran la una y cuarto.

Tu cuerpo exigía otro cuerpo.
Y eso obtuviste.

 

 

 

 

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