viernes, 1 de abril de 2016

FRANCISCO GRANIZO RIBADENEIRA





Aquí, por hondo corazón entero



-ángel la tierra y el vestiglo nube-
alta gacela de dolor acude
a la exiliada forma del acento.

Traída a desamor, caída a beso,
sonámbula perece, se alza y huye
la voz por las barrancas ¿qué consume
lengua, gacela en inefable hueco?

Sueño, de sueño velador. Gusano.
Ya todo el miedo de la carne en vilo
sobre el despojo vegetal del pájaro.

Y por súbitos aires aprendido
se desespera el corazón, clavado
en la pena y la rosa por el trino.



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