Aquí,
por hondo corazón entero
-ángel
la tierra y el vestiglo nube-
alta
gacela de dolor acude
a la
exiliada forma del acento.
Traída
a desamor, caída a beso,
sonámbula
perece, se alza y huye
la
voz por las barrancas ¿qué consume
lengua,
gacela en inefable hueco?
Sueño,
de sueño velador. Gusano.
Ya
todo el miedo de la carne en vilo
sobre
el despojo vegetal del pájaro.
Y por
súbitos aires aprendido
se
desespera el corazón, clavado
en la
pena y la rosa por el trino.
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