jueves, 23 de junio de 2016

AQUILINO DUQUE



  
Una niña aprende a nadar



Un rayito de sol, una fruta de oro,
una niña de agua ha caído en la alberca.
Vacío, el salvavidas
es un cero a la izquierda.
La niña nada sola.
Nadie ni nada la sujeta.
Sonríe con los ojos entornados
alza triunfante la cabeza,
y nada, nada,nada por el agua
que riega los naranjos de la huerta.


(El invisible anillo)


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