domingo, 11 de diciembre de 2016

RAUL ORLANDO ARTOLA



  
Alto el surco



Tuvo que ser así.
Tomé la sartén
por el mango 
y se lo dije:
Me gustás mucho
y me parece
que te quiero.
Y ella, sin inmutarse,
respondió:
Yo también, tonto,
si no, ¿ por qué
te creés que estoy acá
desde hace ocho años?
A mí solamente
me salió:
Claro, tenés razón, 
no lo había pensado.
Y seguimos cosechando
los tomates.
Los pibes ayudaban, 
tan chiquitos.


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