Contagio
Melancólica lejanía de la mañana
donde se enfría
un melancólico son:
Tin
Tin
Tin...
Son los martillos sobre de un yunque,
es el repique de alguna fragua
que de algún barrio se halla al confín:
Tin... Tin...
Golpe que suena de pronto a fofo
sobre algún hierro caldeado al rojo;
pero que al fin,
un timbre afianza, pule y alterna
con ritornelos:
Tin... Tin…
Tin... Tin...
El cuentagotas de los instantes
mide la vida.
Va por los cielos un amplio azul.
Media diciembre.
Ya la saeta de la veleta
ve al Septentrión.
En un contagio, rumbos del alma
juntos volaron cuervo y vencejos.
Abro la celda de ensueños viejos
de mis tristezas con el llavín,
mientras perdido se oye a lo lejos
vuelto un perfume:
Tin... Tin...
Tin... Tin...
De: “Voces de órgano”
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