París
Yo soy
la prueba de que se debe estar en todo
o no
estar.
Di
adiós a los aplausos, a las formas hechas,
a la
buena educación.
¿Cuántas
veces has dicho ya me inventaré algo
y no te
lo has inventado?
Un día
quise que un hombre pintara mi retrato.
Dijo
que yo era imposible y en el cuadro escribió:
obsesión
con la edad y la muerte, fe inquebrantable,
la
venganza es un plato que se sirve frío.
Esta
vez el héroe no tiene cara
porque
alguien decidió que no la tuviera.
¿Para
ti dar la cara por alguien
no es
como alegrarte por alguien?
¿Y
quién dio la cara?
¿Entiendes
por qué quiero estar lejos de la tristeza?
¿Entiendes
que yo no hablo
de que
te alegres por mí el tiempo habitual,
que eso
no sirve de nada?
¿Entiendes
que lo que pido es que te alegres
pase lo
que pase
por mí
para
siempre?
Yo
habito mi dolor y tú lo habitas conmigo.
¿Tú no
puedes concebir mi existencia
como la
prueba de amor definitiva
a todo
lo que no puede ser?
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