Azúcar
– Dos viejitos que viven en la esquina
cerca
de la plaza de un pueblo olvidado.
– La
pareja de viejitos que
comen barquillas en la tarde:
ella: un vestido claro de lunares negros
él: un saco de lluvias y zapatos de lona
– viejitos
que se sientan a leer:
ella: el Ulises
él: la Odisea
– Se
ríen, se ríen los viejitos,
Si ella descubre que él
robó el
azúcar con una cuchara:
Fría / plateada.
Sí,
– viejitos que viven sin mucho,
visitados
por muchos; a todos
llaman: hijo / hija.
– él,
recién ahumado por un cigarro
sobre
una silla de ruedas: plateada /
fría.
Rueda
sin que él la vea
una
lágrima de ella,
mientras
le soba la cabeza:
Dos viejitos en un hospital.
– Fue
tal, fue tanta la dulzura de los viejitos,
Que se
volvieron una golosina:
ella lo besaba
para
alejar la sal de la ausencia,
él la lamía placentero.
– Se
llenaron la sangre de azúcar:
De
barquillas, de besos, de chocolates
en el
día de la luna: dos viejitos con
diabetes.
– Quedarte
sin mí, que todos vengan
a la
casa de los viejitos,
con su
ánimo y color de hormiga,
a
rodear el caramelo que me hizo tu cariño.
No,
– Que
no sea yo,
que no
seas tú,
que nos
quedemos dormidos
para
siempre
estando
ya viejitos.
No,
Nunca
pasó esto.
Sólo algo: plateado / frío
Nunca
existió para nosotros esa palabra.
Nunca
nos imaginaste viejitos.
—Canio. Vesti
la giubba e la faccia infarina
Pagliacci, Ruggero Leoncavallo
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